

La historia se puede escribir en números. Y la trayectoria de esta marca mítica de mobiliario de exterior, también. El 100 nos cuenta un aniversario.
En 1920, José Pons Pedro funda –en su pueblo natal, Gata de Gorgos– un pequeño taller de mobiliario artesanal. Forma a sus vecinos y les da empleo. Nace POINT. Antes, siendo adolescente ha realizado un viaje de ida y vuelta en barco a Argentina desde Alicante. Es, en el continente americano, donde aprende el oficio del diseño y el tejido del mimbre y otras fibras naturales y donde empieza a imaginar su futuro.



En 2020 se cumple el centenario, pero también es el año en que se recoge el Premio Nacional de Diseño. Lo recogen 4 hermanos –Antonio, Paco, Vicente y Pepe Juan–. Son la tercera generación.
El jurado destacó “su contribución a la mejora de la sociedad y de la calidad de vida de las personas”. Pero también las palabras de uno de los portavoces de la marca nos desvela una de las claves de su éxito:
“nuestro secreto está en que hemos sido y somos fabricantes”. Con fábricas propias en Asia y un gran centro logístico en Jalón –a 11 km de Gata de Gorgos–, POINT ha conseguido dinamizar la economía del entorno. A este pequeño pueblo de Alicante llegan mercancías que se distribuyen desde aquí a todo el mundo.


Otro resumen de esta historia sería recorrer el catálogo creado con cerca de 300 productos.
Sus piezas las encontramos en más de 1.000 proyectos de interiorismo por todo el mundo. Colaborando con marcas como Four Seasons, W, Shangri-La, The Langham o Hyatt Regency. Para conquistar estas cotas cuentan con mucho savoir faire y la
colaboración de grandes diseñadores nacionales e internacionales. Ahí está el trabajo de Vicent Martinez, Gabriel Teixidó, Francesc Rifé o Christophe Pillet. Abiertos a incorporar talento a la firma, es reciente también el fichaje de
Mario Ruiz (Premio Nacional de Diseño 2016) como director creativo. ¿Su reto? Llegar a nuevos públicos y asentar la trayectoria internacional de la marca.


Pero hemos ido muy deprisa. Esta trayectoria de éxitos tiene otros capítulos.
El primer gran paso de transformación de taller a gran empresa llega en los años cincuenta, con la segunda generación de la familia. La compañía crece y afianza su apuesta por el diseño. Así se abre al mercado internacional. Estados Unidos es la sede de su primera planta de ensamblaje fuera de nuestras fronteras. En los sesenta y setenta, se modernizan las técnicas de producción y aparecen nuevos mercados internacionales: Alemania, Francia, Reino Unido… A los que se unirían más tarde Oriente Medio, Centroamérica, Norte de África…

Con la década de los 80 llega una gran crisis. Los países exportadores de ratán prohíben su comercialización internacional. Para POINT es la oportunidad de crecer y diversificar. Abre su primera fábrica en Asia y comienzan a investigar sobre nuevos materiales.
En los 90, POINT desarrolla el Shintotex
®
, una nueva fibra reciclable, de alta resistencia y flexibilidad, con la que desarrollan gran parte de la producción.
También es claro el objetivo de cuidar el planeta. Por eso, el 100% de los materiales que se emplean son reciclables, las maderas proceden de bosques sostenibles y controlados y,
desde 2008, la sede operativa es, también 100% autosuficiente energéticamente generando más energía de la que consume.

En este año en que se cumplen cien años de la fundación de la empresa, se plantean nuevos retos, como salir adelante en un mundo que ha cambiado de repente o seguir creando piezas que hagan que la vida de las personas sea mejor.
A lo largo de este siglo, POINT ha superado crisis, conflictos internacionales y situaciones delicadas. El secreto ha sido enfrentarlos como un equipo unido, apostando por motivar e ilusionar a nuestra gente y a nuestros clientes. Y con estos ingredientes, nos preparamos para trabajar otros cien años más.
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